La casa, construida hace más de 200 años, ha sido restaurada conservando su carácter original; muros de piedra, horno de leña, escalera exterior de acceso… buscando a la vez elementos estructurales más actuales
El jardín, de más de 1500 m2, tiene una zona protegida orientada al sur y cerrada con un alto muro de piedra, un amplio espacio de aparcamiento para 3-4 coches, bajada directa a la playa, barbacoa, área de juego para los niños... siempre con el formidable rugido del mar Cantábrico al fondo.
El amplio mirador ofrece unas vistas inigualables. La proximidad a la playa, la intimidad y el entorno privilegiado incitan a disfrutar en cualquier momento del día y en cualquier época del año: bandadas de aves al amanecer y anochecer, crecidas del río y mareas, atardeceres espectaculares, tormentas sobre el mar, días de sol radiante...
